El diseño es perfectamente geométrico, alineado con el Solsticio de Verano al amanecer.
Los símbolos de los cuatro elementos quedan "atrapados" adentro de sus brazos, con evidente propósito de control. La piedra central representa un quinto elemento: el Espíritu, iluminado, vivificado, recargado de energía, por el primer rayo de Sol del verano.
El símbolo dual que preside el conjunto son los PODERES Superiores del Sol y de la Madre Tierra, que le otorga a los elementos AGUA, TIERRA, AIRE, FUEGO y ESPÍRITU la potencia tanto constructiva como destructiva.
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