En muchas culturas los símbolos de la Diosa eran la Tierra y la Luna, en tanto que los de su consorte (el Dios) eran el Cielo y el Sol (Madre Tierra – Padre Sol).
La Diosa Tierra es el misterio oculto; el Dios Sol es la energía desatada. Cuando ambos se encuentran tiene lugar la Creación.
Como la Diosa es la personificación de la Tierra, se la hace equivaler a la Madre, que nos alimenta y provee para nuestras necesidades.
El Dios gobierna el Sol, el hombre, la mente, la cacería.
La Diosa sobre la naturaleza, los árboles, la luna.
La Diosa sobre la naturaleza, los árboles, la luna.
La Diosa era objeto de culto antiguamente como proveedora, apenas comenzaba a reinar en la Rueda Anual (el año), ya que sin la protección de la Divina Madre el hambre asolaría la tierra. Como Gran Proveedora que es está intrínsecamente relacionada con las épocas de cultivo y cosecha.
De la misma manera, al Dios se lo celebraba en su Reinado del Año. En la época oscura (o sea el invierno), donde la Diosa no era fértil (la Tierra) la caza era lo primordial, y lo recolectado en las épocas de abundancia, fundamental. En estas épocas se lo celebraba con grandes fogatas.
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