El Altar está rodeado de la pareja del Sol y la Luna, y de los cuatro elementos que representan también las cuatro estaciones, pero el rayo del renacimiento y de la extinsión, el rayo de los Solsticios de Verano e Invierno, son interceptados por el Altar, que representa al Espíritu.
El alma es la única entidad inteligente, puesto que es invisible,
mientras que el fuego, el agua, la tierra y el aire son todos cuerpos visibles.
Los griegos en general llevan a su propio pueblo lo aprendido en Egipto, la India y Babilonia; no son pensadores originales, salvo en el ritmo del tratamiento de los temas. Por eso Platón insiste en la importancia del estudio de las causas ocultas, de la Inteligencia invisible del Universo, presente desde hacía milenios en las creencias de la India.
La Piedra del Altar está representando al Espíritu, a la Inteligencia del Universo, presente también en las culturas indígenas de Amérika ("la Realidad está constituída por lo visible y lo invisible", etc.).
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